miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Hay empresas para toda la vida?

La lealtad de los empleados hacia las empresas cambia, pero algunas organizaciones como Nestlé, Siemens, Bayer o REE tienen plantillas con una antigüedad superior a los diez años. La formación, la comunicación, la movilidad horizontal e internacional y los planes específicos de promoción profesional son algunos de sus secretos para combatir la rutina laboral y mantener esta fidelidad. 


Juan Pedro Herrera es director de recursos humanos de Lilly. Accedió a la compañía hace más de tres décadas. “Estaba estudiando el antiguo COU y compatibilizaba los estudios con el trabajo. Durante estos años he tenido la suerte de estudiar Derecho, Ciencias Políticas y hasta un máster”, explica Herrera, quien también recuerda que el antiguo presidente de la organización, Javier Ellena, actual vicepresidente europeo en la compañía, llevaba más de 32 años trabajando para la organización –19 como director general y ocho como presidente–. Otro ejemplo de esta progresión es el de José García Moreno. El director de recursos humanos de Red Eléctrica de España (REE) accedió a la organización en 1985 como técnico, y desde hace seis años asume la máxima responsabilidad sobre la gestión de personas. 

Ahora que pocos empleos son ya para toda la vida y se cuestiona cada vez más el compromiso y la lealtad de los profesionales, algunas organizaciones continúan fomentando el desarrollo de sus trabajadores, creen en su talento interno y hacen todo lo posible para garantizar su permanencia. Francesc León, director de recursos humanos de Bayer Hispania, asegura que “una plantilla consolidada se ve reflejada en el negocio, en la forma de presentarse a los clientes, proveedores y socios en general. Por eso hemos apostado, y lo seguiremos haciendo, por la consolidación, lo que no significa olvidarnos del talento nuevo”. La plantilla de Bayer Hispania tiene una antigüedad media de 14 años. 

¿Cuál es el secreto para esta lealtad? Herrera afirma que lo más difícil es gestionar la rutina. La movilidad horizontal y la formación son algunas de las recetas para combatirla. Así,Lilly y REE destinan el 5% y el 7% de la masa salarial, respectivamente, a la formación de sus profesionales; en ambas la antigüedad media de sus empleados supera los diez años, y el índice de rotación –relación porcentual entre las admisiones y las desvinculaciones de personal, en relación al número medio de miembros de una empresa, en el transcurso de cierto tiempo– está por debajo del 3%, que es el que se considera sano para no provocar el estancamiento y envejecimiento de la plantilla. Si ese porcentaje es muy elevado se produce el efecto contrario, es decir, hay demasiada fluidez de profesionales, una falta de estabilidad que perjudica a la organización. 

 Según García Moreno, la formación es fundamental para garantizar que los profesionales estén siempre a la última. “Además, cada año incorporamos una media de 16 becarios, personas con ganas de aprender que suponen savia nueva para el negocio. El mayor peligro es que después de varios años se puede llegar a perder la perspectiva y no valorar en lo que vale una estabilidad laboral”. Eugenio Soria, director de recursos humanos de Siemens, habla del aletargamiento organizacional como uno de los inconvenientes: “Nosotros lo suplimos con la gestión de personas. Nuestro consejero delegado dedica más del 50% de su tiempo a escuchar a los empleados. Esta iniciativa ha dado lugar a los Desayunos con la Comisión Directiva: cada mes todos sus miembros tienen una charla distendida con toda la plantilla”. 

Pensar que el trabajo de por vida es un derecho adquirido y que eso relaje la actividad es, según Luis Miguel García, director de recursos humanos de Nestlé España, una de las desventajas pero, “en los últimos años, con un entorno tan exigente, las herramientas de valoración, fijación de objetivos y las de desarrollo personal permiten huir de este inconveniente”. 


El precio de la fidelidad 
Disponer de buenas condiciones de trabajo y de un buen clima laboral forma parte de la estrategia para fidelizar a la plantilla. Blanca Gómez, directora de recursos humanos de Coca-Cola, destaca que es clave “ofrecer la posibilidad de trabajar en proyectos atractivos que permitan al profesional seguir creciendo. Tener una plantilla consolidada podría implicar un número de oportunidades para los empleados más jóvenes. Sin embargo esto se compensa con movimientos internacionales y a otras compañías del sistema”. En Siemens cuentan con herramientas para captar ese deseo de movilidad. “El Currículo vitae internacional es un buscador internacional de ofertas, que contempla encuentros los miembros de Executive Comitte, integrado por los Ceo de los distintos países de los clusters (regiones), para tratar estas inquietudes laborales”, afirma Soria. 

Javier Sánchez, responsable de desarrollo y formación de Vodafone, asegura que los trabajadores que han vivido la empresa durante algunos años requieren un mayor esfuerzo por parte de recursos humanos y de sus mandos que los recién llegados: “Para ellos la consecución de hitos, la ampliación de beneficios sociales y, sobre todo, la puesta en marcha de un plan de carrera individualizado y de acuerdo a sus fortalezas es fundamental. El fomento del talento requiere de entusiasmo en una doble dirección”. Las políticas de estas organizaciones van destinadas a mantener la ilusión, sobre todo las que tienen que ver con los beneficios sociales y la retribución. García destaca una remuneración competitiva con el mercado y su plan de pensiones: “Nestlé aporta tres euros por cada euro que invierte el empleado”. En Merck, Laura González-Molero, presidenta y consejera delegada de la organización, explica que “disponen de un sistema de retribución o incentivos ligados a la evolución de la compañía, long term incentive plan, a dos o tres años en función del cumplimiento de los objetivos estratégicos del negocio”. En Vodafone no retribuyen por la antigüedad, “preferimos utilizar otras formas de retribución relacionadas con la contribución de los empleados”, afirma Sánchez. 

Ser competitivos para evitar la fuga no deseada de talento es también el objetivo de los planes de compensación de Bayer. León dice que “una política de retribución competitiva para todos los grupos de los trabajadores y la participación regular de estos en el éxito de la empresa constituyen elementos esenciales de nuestra política de personal y de remuneración. Asimismo, a través de distintos programas, nuestros empleados tienen la oportunidad de adquirir participaciones empresariales en condiciones ventajosas, ser partícipes del negocio y de su éxito económico”. 

Un sistema similar de vinculación es el que tiene Leroy Merlin. Aunque la antigüedad media que maneja es de cinco años –desde 2005 se han incorporado 3.000 personas y en los dos últimos años se han abierto cuatro tiendas–, Rodrigo de Salas, director de comunicación de la firma, asegura que cuentan con empleados que no llegan a los 40 años y que llevan más de la mitad de su vida en la organización. Todos los trabajadores de tienda reciben un porcentaje trimestral según la evolución de la cifra de venta. Además, existe una prima semestral en función del resultado operacional. Ambas se pueden recibir en dinero o en acciones. “El 95% de la plantilla posee algún tipo de participación. Con este sistema conseguimos una vinculación profesional y patrimonial”, afirma De Salas. En Siemens cuentan con el Programa Share Matching: Los empleados pueden adquirir acciones y al cabo de tres años se les recompensa con una de cada tres que han comprado. 

Clima, la cultura y el aprendizaje organizacional

 
Entender como es que las organizaciones facilitan o inhiben aprendizajes, no es suficiente para concebir la organización como proyecto racional, es también necesario verla como un ámbito humano donde se perpetúan y modifican formas de relaciones que otorgan significado y sentido a la experiencia.

El planteamiento anterior remite a considerar, como los factores culturales de la organización pueden ayudar a entender lo que los individuos aprenden, o se ven inhibidos de aprender en una organización. En este sentido, es conveniente profundizar en lo que se entiende como Cultura Organizacional, como proceso simbólico del comportamiento organizacional.

Por Stephen (1987), la define “Como un sistema de significado común entre los miembros que distinguen una organización de otra”; Deal (1984) lo entiende, como símbolos que manifiestan, valores y conductas de sus miembros y expone que la cultura es una suma de valores, mitos héroes y símbolos que han llegado a representar algo muy importante para los trabajadores; Shein (1985), sostiene que la Cultura Organizacional está constituida por las creencias e hipótesis presentes en el organización y el año 1988, le agrega a este concepto que, la Cultura Organizacional es parte innata para aquellos que han estado toda su vida trabajando en una organización. Del mismo modo expone que la “Asimilación de valores y patrones culturales de una organización por parte de sus individuos, influirá en la motivación en el trabajo por parte de los mismos” (p. 149).

Por su parte, Robbins (1996), asocia la Cultura Organizacional con patrones de conducta. Para Gore (1996), es un patrón de supuestos básicos que un grupo inventa, descubre o desarrolla para enfrentar su necesidad de responder a las demandas externas sin perder la coherencia interna. Desde este último punto de vista, una cultura es un lenguaje común con categorías conceptuales compartidas; límites, criterios de inclusión y exclusión, reglas para obtener, mantener o perder poder, estatus, recompensa o castigo. Es así como, cada cultura organizativa, confiere a la organización ya sus miembros una cierta identidad.

En una cultura orientada hacia los resultados, se aprende criterios de eficiencia, se valoran los logros, se otorga autoridad sobre la base del éxito, se mide el valor de ideas, cosas y gente por la su posibilidad de conducir a resultados. Por otra parte, en una cultura orientada hacia el poder, aprende a conseguir influencia, los éxitos, la autoridad y el éxito son considerados tales, sólo, en relación con la situación de equilibrio político de la organización. Por el contrario, en una cultura orientada hacia la gente, el valor es estar en buenas relaciones con los demás. Nada es importante si crea conflicto. Finalmente, en culturas fundadas en procedimientos, lo importante no es qué se hace, ni a quién se sirve, sino si se han seguido las normas que rigen esta acción, (Gore, 1996).

Por Shein (1985), la formación de la cultura es un proceso de enseñanza los valores permanecerán en el tiempo, si el grupo comparte la percepción de que la solución a un problema, está en vías de ser resuelta y luego solucionada , al presentarse nuevamente un problema similar, se aplican las mismas medidas, que en dar resultados positivos, se debe tomar como una solución definitiva del grupo y se transmitirá a los nuevos miembros. Es decir, los elementos que resuelvan los problemas del grupo sobrevivirán en el tiempo.

Asimismo, considera que en la medida que se profundice en el conocimiento de la Cultura Organizacional, ésta puede llegar hacer más efectiva; sabiendo entonces que es necesario que los empleados compartan los valores que integran esta cultura, porque orienten su conducta hacia el logro de la efectividad organizacional.

Para esta investigación queda definida la Cultura Organizacional como: Un conjunto de valores, ideas, creencias y normas, que caracterizan el patrón de conducta de los miembros que conforman una organización, la distingue de las demás y llega a los criterios cognitivos sobre los que la realidad es construida.

Las normas son definidas como la guía de acciones que deben seguir los integrantes de la organización para cumplir con los objetivos estratégicos de la organización. En este sentido, se considera que las normas son las políticas que orientan y guían a la organización en su comportamiento y el de su personal.

Robbins (1996), afirma que las normas son estándares aceptables de comportamiento dentro de un grupo que se comparten los miembros de éste. Explica el autor que las normas formalizadas se incorporan en los manuales de la organización, los cuales detallan las reglas y procedimientos que deben cumplir a cabalidad los integrantes de la organización. “Las normas de un grupo de trabajo son como las huellas dactilares: cada una es única” (p. 23). Aspiraciones e ideologías más generalizadas.

En forma particular Robbins plantea que entre los elementos a considerar, en el estudio de los valores sociales se encuentran: el objeto mismo que es un valor, la capacidad que tiene el objeto de satisfacer las necesidades sociales, la apreciación que tiene la gente del objeto y de su capacidad de dar satisfacción.

La estructura constituye otro de los elementos de importancia dentro de la Cultura Organizacional y partiendo de cómo estén conformadas las relaciones de mando, se podrá llevar a cabo una mejor planificación de las comunicaciones en la misma. La estructura es creada en las organizaciones para facilitar la coordinación de las actividades y el control de las acciones de su personal. Así pues, la estructura organizacional es la forma en que las tareas de los puestos se dividen, agrupan y coordinan formalmente.

La estructura constituye un apoyo para la dirección de la organización, en virtud de que es creada para realizar las funciones, las actividades y para cumplir los deberes y las responsabilidades de los componentes sociales de la organización. Del mismo modo, se define como un programa que indica la forma en que se agrupan personas, los lugares de trabajo en una organización y queda ilustrada por medio de un organigrama.

Los atributos estructurales en las organizaciones incluyen el grado de formalización de las reglas de los procedimientos, el grado en que los líderes de la organización delegan autoridad a los miembros, el número de subordinados por lo que son responsables los directores (ámbitos de control ), el miembro al que corresponde la cadena de mando, los niveles de la jerarquía en la organización, la designación de subunidades especializadas en la organización y la descripción formal de posiciones y responsabilidades laborales en la organización, (Kreps, 1995) .

Por otra parte, al hablar de Cultura Organizacional, se hace referencia a dos tipos de Cultura y Subcultura.

Se refiere a los valores, creencias, principios que son compartidos por todos los miembros de la organización adjudicando, en la misma, una personalidad diferente.

Se caracteriza por contener los valores centrales de la cultura dominante, junto con otros que son típicos de los miembros de la organización. Reflejan innumerables distinciones de trabajos y ambientes sociales dentro de la organización, producto de la tendencia de la organización hacia la diferenciación por niveles y funciones, que crean la oportunidad del surgimiento de culturas opuestas. La mayoría de las subculturas, están basadas en el nivel directivo donde los miembros de estos grupos comparten los valores y expectativas similares así como la orientación en el trabajo.

En cuanto a la relación entre cultura y Aprendizaje Organizacional, Schein (2000) plantea que la Cultura Organizacional constituye, al mismo tiempo, el contexto en que la organización se forma, se educa, se aprende y el resultado de la educación y aprendizaje.

La actividad de las organizaciones, tiene como finalidad y consecuencias últimas, la formación, consolidación, cambio y realización de la Cultura Organizacional. Aunque estos procesos se realizan mediante los diferentes momentos de interacción que se suscitan en la cotidianidad organizacional, se puede considerar que son inherentes al Aprendizaje Organizacional.

El aprendizaje organizacional, sucede cuando la Cultura Organizacional establece procesos que facilitan el desarrollo de las destrezas basadas en aptitudes y características personales como: la responsabilidad, la creatividad, iniciativa, capacidad de discusión y análisis, y, solución de problemas , (Schein, 2000).

Así como la cultura, las organizaciones tienen un ambiente interno o Clima Organizacional específico, que la caracteriza y diferencia de las otras. Este ambiente interno surge de la interacción entre las características de la personalidad de los individuos, con los elementos estructurales de la organización y actúa de manera directa sobre los individuos, condicionando su percepción, y en consecuencia su comportamiento y desempeño, (Martínez, 1999).

¿Cómo mejorar tus relaciones laborales?

Hoy día, en un momento de crisis económica no sólo el estrés y la ansiedad afecta a los parados sino también a aquellos trabajadores que sienten la incertidumbre que brota de un sistema laboral inestable e incierto.

De hecho, muchas personas que desearían poder cambiar de empleo sienten la necesidad de seguir en la misma empresa ante la excasez de ofertas laborales publicadas en las bolsas de empleo. Por ello, esta sensación de inseguridad también se contagia al día a día de la rutina en la oficina puesto que la rivalidad entre los compañeros e incluso, la envidia también puede aumentar y producir consecuencias negativas en forma de desconfianza.

 Más allá de cómo sea el entorno lo cierto es que merece la pena que cada trabajador se esfuerce por dar lo mejor de sí mismo cada día en el trabajo y no sólo a nivel de rendimiento, sino también, a nivel humano. Es decir, debes mostrarte receptivo y comprensivo ante las dudas e inquietudes de tus compañeros. Un conflicto no es un problema que no se pueda resolver, al revés, un conflicto es una oportunidad para la superación personal.

En general, cualquier conflicto tiene su solución inmediata en el diálogo. Al menos, la palabra es el mejor punto de encuentro para poder trabajar en armonía con el resto de compañeros y también, con el propio jefe. De hecho, el jefe debe de brindar ejemplo también con su comportamiento. A la hora de mejorar tus relaciones con los compañeros debes asumir que eres una persona más en el equipo de trabajo, es decir, debes fomentar la humildad. Observa a los demás para aprender de ellos en sus puntos positivos. Y observa también para no cometer sus errores.

Algunos trabajadores también tienen la costumbre de fomentar los rumores o los cotilleos en el trabajo como un tema rápido y fácil de conversación. Sin embargo, este tipo de diálogo contamina el ambiente de forma negativa. Es decir, siempre debes trabajar con los demás desde el respeto y la empatía. La cooperación es una de las cualidades que te hará triunfar dentro del mercado laboral. La cooperación debe ir acompañada de la honestidad.

A lo largo de la vida laboral existen etapas de todo tipo, sin embargo, siempre debes perseverar en la conquista de tus objetivos.